El trabajo de los periodistas europeos, cada vez más obstaculizado

La clasificación mundial de la libertad de prensa de 2019 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) demuestra que las condiciones de trabajo de los periodistas se deterioran año tras año.

Published On: abril 30th, 2019
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El trabajo de los periodistas europeos, cada vez más obstaculizado

La clasificación mundial de la libertad de prensa de 2019 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) demuestra que las condiciones de trabajo de los periodistas se deterioran año tras año.

Foto: RSF

El odio hacia los periodistas ha degenerado en violencia y ha contribuido a aumentar la sensación de inseguridad de los periodistas en todo el mundo, sobre todo en Europa, tal y como demuestra la clasificación mundial de la libertad de prensa de 2019 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) . Ahora que la libertad de prensa retrocede con el auge de los Gobiernos autoritarios, RSF se plantea la siguiente pregunta: «¿Ha cedido una barrera de contención en Europa?».

La clasificación incluye 180 países y evalúa el respeto de la libertad de prensa a través de una serie de indicadores que permiten establecer un índice global que demuestra los crecientes niveles de infracciones y de obstáculos a su trabajo. Un mapa interactivo indica los países que se consideran «seguros» para los periodistas (es decir, los países donde pueden ejercer su profesión con total seguridad).

Según el informe, desde 2013 ha descendido el número de países en los que los periodistas están seguros. La UE y los Balcanes han registrado los mayores deterioros (1,7 %) a nivel regional. Entre los 40 países representados, 20 de ellos han registrado una puntuación igual o inferior.

El informe sostiene lo siguiente: «Si bien Europa sigue siendo el continente que más garantiza la libertad de prensa y que, en principio, es el más seguro, los periodistas también están expuestos a amenazas graves». Por ejemplo, en Malta, en Eslovenia y en Bulgaria, han muerto tres periodistas. Existen otros casos preocupantes, como Serbia, Italia, Francia, Hungría y Polonia. En Serbia, incendiaron la casa de un reportero. En Italia, Matteo Salvini, ministro de Interior y secretario general de la Liga Norte, propuso retirar la protección policial al periodista Roberto Saviano tras su crítica al Gobierno. En Francia, los periodistas se han expuesto a una violencia sin precedentes durante las manifestaciones de los chalecos amarillos. En Hungría, los representantes del partido Fidesz del primer ministro Viktor Orbán se niegan a hablar con los periodistas contrarios a su política. En Polonia, los medios que son de propiedad estatal se han convertido en una herramienta de propaganda.

«Observamos un deterioro neto de la situación desde hace unos años. En Europa, están retrocediendo el pluralismo de los medios de comunicación y la libertad de prensa», declaró Julie Majerczak, representante de RSF UE. «Los dirigentes políticos ya no perciben a los medios de comunicación como una herramienta fundamental de la democracia, sino más bien como un adversario al que no dudan en atacar y esta tendencia es muy preocupante».

La periodista norirlandesa Lyra McKee fue asesinada el pasado 18 de abril en el ejercicio de su profesión. McKee tenía 29 años cuando murió por el impacto de una bala en la cabeza, el jueves 18 de abril, al final del día, durante los enfrentamientos entre disidentes republicanos y la policía en el complejo residencial de Creggan, situado en Derry, la segunda ciudad más grande de Irlanda del Norte. El nuevo Ejército Republicano Irlandés (IRA) confesó la autoría del asesinato y presentó «sus más sinceras disculpas» a la familia y a los amigos de la víctima. Si bien McKee no fue objetivo del grupo por ser periodista, deberían haberse tomado mejores medidas de seguridad.

En previsión de las elecciones europeas de mayo, RSF ha propuesto diez medidas para que el próximo Parlamento Europeo pueda hacer de la información libre e independiente una prioridad en los próximos cinco años. Entre dichas medidas se incluye el nombramiento de un comisario europeo para la libertad, la independencia y el pluralismo de la información, así como tratados europeos que permitan reforzar la libertad de prensa.

Majerczak añadió: «Más que mostrarme optimista, la situación me preocupa, pero espero equivocarme».

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