Solo dos países de la Unión Europea confirman que disponían de reservas estratégicas de la vacuna más efectiva y segura contra este virus, muy próximo al que en su día causaba la viruela humana.
La compensación que se ofrece en España oscila entre los 800-1.200 euros. Si se tiene en cuenta el salario mínimo, equivale a 3,5 semanas de trabajo.
La situación es mucho más difícil para personas trans e intersex. Además de la barrera legal, el escollo puede ser también económico: la mayoría de los sistemas públicos de salud cubre solo una parte, tienen listas de espera muy largas o criterios estrictos de acceso.
Los países europeos se pasaron meses debatiendo sobre cómo gestionar los datos recopilados por las aplicaciones de rastreo. La falta de consenso, junto con el lanzamiento de Apple y Google de su propio sistema, impidió el lanzamiento de un protocolo único entre los Veintisiete. Pero lo cierto es que Europa priorizó siempre la protección de los datos de los usuarios.
Los vetos en muchos países europeos llevan a miles de personas al extranjero para acceder a las técnicas de reproducción asistida. En algunos casos, se ven obligadas a hipotecarse para poder costear los tratamientos.
Muchas comunidades incumplen el mínimo establecido en la cartera básica común del Sistema Nacional de Salud y racanean con el número de intentos, la edad máxima o imponiendo requisitos extra.
En principio, el periodo 2020-2021 en Europa iba a marcar un hito en la lucha contra los residuos plásticos, uno de los problemas más urgentes de nuestro siglo, pero la llegada del nuevo coronavirus con sus mascarillas, guantes y embalajes anticontagio amenaza con hacernos dar un paso atrás.
Los encuentros con decenas de asistentes y miles de funcionarios europeos quedan por debajo del radar del registro de transparencia de la UE. La patronal de la industria farmacéutica EFPIA es uno de los lobistas más activos; en menos de año y medio desde el inicio de la pandemia han tenido tantas reuniones con altos cargos de la Comisión como en los cinco años anteriores.
Ahora que la covid es el centro de atención, los refugiados y los migrantes indocumentados han caído en el olvido. No obstante, la causa de su desaparición de la orden del día les ha afectado sobremanera.